lunes, 11 de noviembre de 2013

Programa de Reubicación de Salta Talanqueras


En el pasado fin de semana, la Fundación “Vente pa’ acá” dio formal inicio al nuevo Programa de Reubicación de Salta Talanqueras (PRST). Su presidente, Arturo Ochoa, explica que la novedosa iniciativa ha tenido como inspiración el famoso programa de reubicación de testigos, y que puede cambiar de modo significativo la correlación de fuerzas en el escenario político venezolano.
Según destaca, el programa va orientado a todos aquellos venezolanos que históricamente han apoyado al oficialismo, pero que en el fondo han descubierto que esto ha resultado ser un gravísimo error. “Muchos de ellos quieren dar el paso para convertirse en opositores pero debido a la mamazón de gallo a la que serían expuestos si cambian sus posturas políticas de la noche a la mañana, prefieren hundirse con el barco” aseguró Ochoa.
Desde hace poco más de un año, “Vente pa’ acá” ha creado un fondo con aporte de capital privado, que permitirá la reubicación y protección de estos venezolanos, quienes podrán gozar de una nueva identidad, un nuevo círculo de amistades y serán reubicados en un rincón lejano de su residencia primaria. Los participantes incluso recibirán viejos carnets de Acción democrática o COPEI según su preferencia, se establecerán registros fotográficos trucados de su participación en guarimbas durante el paro petrolero y el cierre de RCTV, cambiarán sus juegos de ollas por unas totalmente amelladas por golpes de cuchara y se les hará entrega de un compendio de “historias de escuálidos” para sazonar cualquier conversación entre amigos opositores.
Una fuente anónima,  a quien llamaremos Sr. Rojo, narró cómo luego del “salto” su vida ha cambiado drásticamente, recuerda todas las noches sin luz en las que debía tragar las mil maldiciones que deseaba proferir en nombre del presidente, únicamente porque no aguantaría el reproche de toda su familia escuálida, pero lo que refiere con mayor dolor es el penoso momento en el que tuvo que sustituir el papel sanitario por las servilletas, y cuando comenzaron a escasear también las servilletas y recurrió a las medias viejas; según manifiesta, en todo momento supo que esa situación estaba mal, pero para no ser humillado por su familia de su boca solo salía la frase “Pero tenemos patria”, luciendo como un incomprendido, pero jamás como un cobarde arrepentido.  El Sr. Rojo hoy vive en Maturín y dirige con orgullo un grupo opositor radical. Para enterrar su pasado y despejar cualquier duda acerca de su orientación política, utiliza en el antebrazo un tatuaje con la cara de Lusinchi y ha recibido la identidad de un viejo ex PDVSA viudo cuya esposa fue asesinada en la plaza Altamira durante una marcha. Resulta curioso cómo ha logrado interpretar de modo tan magistral a su personaje, que hoy en día muestra signos de estrés postraumático ante la presencia de cualquier trapo de color rojo y con solo tocar el tema de su esposa es suficiente para quebrantar su voz y aflojar algunas lágrimas.
Arturo Ochoa nos explica que los miles de venezolanos que ya se han apuntado para su reubicación dejaron de ser oficialistas hace rato, pero han decidido engañarse para no torturarse internamente, “sencillamente prefieren hacerse daño ellos mismos antes que otro venga a darles una buena revolcada moral por salta talanqueras” indicó el Presidente de la fundación. El Sr. Rojo agrega que este programa ha logrado lo que ningún político opositor logró y siempre fue piedra angular de la resistencia al cambio por parte del bloque oficialista, suprimir el tema del orgullo y la vergüenza de los defraudados, esos siempre fueron los impedimentos para el progreso nacional, ahora los saltos de talanquera no se harán esperar, indicó el extraño personaje mientras sostenía en sus manos el viejo retrato de su esposa y rompía a llorar.


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