sábado, 8 de octubre de 2011

Venezuela ¿un país de indefensos? (Escrito por Tomás Quintero)




“¿Votar? Si Chávez igual va a ganar…. ¿Trabajar con un partido político? Ya nadie cree en los partidos” Estas frases parecen ya un reflejo condicionado en muchos venezolanos que ven con poco optimismo el futuro político de nuestro país. He dedicado buen tiempo a intentar comprender los motivos que disparan esta conducta, y he descubierto un patrón generalizado de “indefensión aprendida” que ha sumido a nuestro país en la inacción.
La teoría de la indefensión aprendida fue creada por el Psicólogo Martin Seligman, luego de experimentos llevados a cabo con perros encerrados en jaulas y sometidos a descargas eléctricas. En sus sesiones, uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca para detener las descargas eléctricas para ambos perros, mientras que el otro no tenía medios para hacerlo. Seligman descubrió que el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y podía controlar las descargas por sí mismo, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar nada para evitarlo. Descubrió que el segundo animal había adquirido un patrón conductual conocido como “desesperanza inducida”.
Desde hace varios años he visto como gran parte de la población venezolana parece ser víctima de un experimento para perros, en el que se ha dispuesto una enorme maquinaria política para inducir la desesperanza como reacción programada ante las injusticias, abusos y amenazas del gobierno.
Desde hace 13 años el partido oficialista en Venezuela viene sometiendo a fuertes “descargas” a la población que discrepa de sus ideas, los enormes esfuerzos opositores contrastan con las contundentes victorias oficialistas, desconectando el esfuerzo cívico del voto opositor con la oportunidad de ganar espacios en la política nacional y producir efectos concretos que alivien esas descargas. Se ha inducido entonces un sentimiento que se resume en “Mi voto no produce resultados”.
Uno de los fenómenos que más me asombra, es ver cómo a pesar de que las reglas del juego han cambiado, muchos venezolanos siguen sintiéndose indefensos gracias únicamente a sus percepciones, tal cual como Seligman le brindó la oportunidad al segundo perro de defenderse, nuestra realidad nos ha puesto en condiciones distintas pero no hemos podido reconocerlo, seguimos “quietos, lastimosos y asustados”
A partir de 2008 la oposición venezolana ha conquistado importantes victorias en el terreno electoral, un referéndum, alcaldías, gobernaciones, diputados, sin embargo estas obedecen mayormente a una disminución de la participación del voto oficialista producto del desgaste, desencantamiento y otros factores, más que al aumento progresivo de la participación opositora que sigue sumida en la indefensión.
“Les meteremos 10 millones de votos por el buche”, “Será más fácil matar cien burros a pellizcos a que gane la oposición en Venezuela”, “Gobernaré hasta el 2031”, son frases típicas de quien busca generar desesperanza, de quien intenta provocar un sentimiento de inacción ante una realidad que demanda participación activa. Desafortunadamente para nuestro país, esa estrategia le ha funcionado perfectamente al partido de gobierno para controlar a la masa opositora y a los llamados ni-ni, sin que estos noten que en la actualidad son quienes realmente puede producir los cambios políticos, muchos de estos se ven echados en el suelo con la mirada de perros tristes aguardando el próximo “corrientazo”.
Afortunadamente la indefensión aprendida no es perpetua, es solo una percepción y como tal puede ser alterada. El gran reto que enfrentamos hoy los venezolanos no es contra el partido opositor sino contra nuestra propia percepción de desasosiego, contra ella debemos enfocar nuestros esfuerzos si realmente deseamos cambio. Nunca antes se habían conjugado para la oposición tantas variables positivas que dieran serios indicios de que realmente se pueda conquistar una victoria, dependerá de cada uno de nosotros si seguimos echados en el suelo o nos levantamos a emprender la más importante batalla política de nuestra generación.

viernes, 2 de septiembre de 2011

10 Motivos por los que el Beisbol no es un deporte



#10 Sus jugadores usan correas.

Realmente un detalle intrigante, ¿cómo se puede concebir una actividad física de alto impacto donde el uso de una correa sea requisito indispensable? Para quien alega que en el Golf también se utilizan, les remito a leer mi artículo "10 Motivos por los que el golf no es un deporte"

#9 No se juega cuando llueve.

Existen dos tipos de deportes, los llamados a "cielo abierto" y los "bajo techo". Una de las características más interesantes de este hobby es que a pesar de desarrollarse a cielo abierto no tolera cambios ambientales, una pequeña lluvia es suficiente para cancelar el juego más importante del año.

#8 Se puede estar fuera de forma y entrar al hall de la fama.

A título personal uno de los argumentos más sólidos para matar cualquier discusión con un fan enfurecido. El beisbol no solo está plagado de grotescas figuras fuera de la línea sino que además considera como su máximo exponente a un regordete como Babe Ruth. Me gustaría verlo corriendo 100 metros contra Jordan, Pelé o Sampras.

#7 Venezuela es una potencia en el Beisbol.

Doloroso pero cierto, en Venezuela somos campeones en parley, péscalo y peleas de gallo pero poseemos una larga trayectoria de fracasos en toda clase de competición regulada por ente deportivo alguno. Extrañamente en el Besibol parecemos ser una potencia mundial que incluso se da el lujo de exportar talentos a otros países.

#6 Se pueden jugar 2 partidos seguidos.

Triste pero cierto, a pesar de una larga investigación no pude conseguir ningún indicio de deporte respetable que conciba que se pueden jugar dos partidos seguidos. Obviamente el desgaste físico limita esta posibilidad para cualquier atleta pues está acostumbrado a brindar el 100% de su capacidad en la competición. Es de esperar que sujetos que no sean sometidos al estrés físico de un deporte quieran repetir inmediatamente la experiencia lúdica una vez culminada.

#5 El 50% del tiempo en un partido el jugador está sentado.

¿Y como llamar deporte a una actividad para mirones? Con razón se animan a jugar un segundo partido, claro como solo juegan la mitad del primero buscan quitarse las ganas con un alargue.

#4 Para ellos el tiempo es irrelevante.

Imagina una actividad deportiva donde pasas la mitad del tiempo sin hacer nada y la otra mitad no sientes ningún apuro, no sientes que debes acelerar tu marcha pues el reloj está por terminar. ¿Qué obtienes? Jugadores gordos y aburridos.

#3 Puedes jugar ebrio y ganar un partido.

Comprobado empíricamente durante toda la temporada de Beisbol profesional venezolano. Los fanáticos pueden ver a sus estrellas en coma etílico la noche anterior a un partido y verlos alzarse en hombros al día siguiente obteniendo el máximo título de la liga.

#2 Cuando hay cambio de pitcher el juego se detiene para que él caliente

Los beisbolistas pueden darse el lujo de no estar listos cuando son llamados al campo para relevarse, las reglas del juego les permiten tomarse unos minutos hasta sentirse cómodos a pesar de que sus compañeros y rivales puedan estarse muriendo del fastidio.

#1 Se puede mascar chicle y jugar al mismo tiempo.

La concentración y el enfoque son decisivos en cualquier disciplina deportiva, un segundo de descuido para un guardameta, quarterback o piloto puede significar la diferencia entre perder o ganar. Estos tipos se dan el tupé de comer chicle sin que esto afecte su rendimiento, extrañamente nunca se ha escuchado de algún caso de ahogamiento.

domingo, 19 de junio de 2011

Calor


Allí estaba sentado yo, con una amplia sonrisa aguardando lo que todos a mi alrededor temían. Un par de minutos atrás el Ministro Alí Rodriguez Araque había anunciado una serie de racionamientos eléctricos en toda la ciudad por un período de dos horas, pero esta vez yo había jurado que no sería igual que las anteriores.
En medio de un estado de profunda concentración pude ver como comenzaban los primeros síntomas del inminente apagón. Cornetazos a lo lejos y cacerolazos alrededor, me indicaban que la ineficiencia del gobierno pronto vendría a tocar mi puerta.
No pude precisar el momento en el que la luz de mi cuarto se apagó pues sucedió repentinamente mientras pestañaba, pero si alcancé a escuchar el grito de mi vecino que decía “¡Me cago en Chavez!”. Allí supe que había comenzado el juego.
Con la tranquilidad de quien se ha entrenado para el peor escenario, me levanté lentamente en dirección hacia mi freezer y la caja que había preparado para la ocasión y que en otrora resguardó mi recién comprado televisor de 32 pulgadas, ahora confinado a un montón de chatarra luego del apagón de hace tres semanas. Toda forrada con fotografías del presidente y de todos personajes que han ocupado el cargo de Ministro del poder popular para la energía y adornada en el centro con un logo de CORPOELEC dispuse la caja justo frente a mi cómodo sillón.
15 Minutos después del apagón: Saco de la caja un refrescante caramelo de menta que coloco en mi boca y disfruto mientras me tomo un vaso de agua templada que he guardado en el frezzer.
45 minutos después del apagón: Me siento a comer con inmenso placer con un helado de mantecado de un litro. La oleada de frio por todo mi cuerpo no se hace esperar a pesar de que el helado ya ha perdido su consistencia original.
1 hora después del apagón: Me acerco nuevamente a la caja y saco un envase de alcohol isopropílico, humedezco mis manos y las llevo hasta mi frente, cuello y antebrazos, me desabotono la camisa. Siento la primera gota de sudor caer por mi espalda. El hijo de mi vecino llora mientras su madre intenta consolarle diciéndole que falta poco para el 2012.
2 horas después del apagón: Acudo nuevamente al freezer, saco dos hielos de la cubeta, me quito la camisa, me siento nuevamente y los coloco debajo de cada axila, apretándolos con mis brazos para sostenerlos. La sensación de frío es inmediata y me brinda ánimos suficientes para seguir ejecutando mi plan.
3 horas después del apagón: Saco de la caja un frasco en el que previamente había mezclado ICY HOT con Dencorub, tomo con mi dedo índice y medio una buena ración, unto todas las articulaciones, el pecho, debajo de la naríz, y los párpados. No puedo describir la sensación con precisión pero definitivamente el ardor hace que me olvide un rato de las altas temperaturas. Mi vecino comienza a reprocharle a su esposa por haber votado por el presidente en el 98.
4 horas después del apagón: El sudor se hace evidente pero sé que el final está cerca. Me desnudo completamente y tomo el balde con hielo seco que había guardado en el freezer, lo coloco frente a mi silla y vierto en él 4 litros de agua. Me siento sobre el balde en posición de montada dejando caer mis testículos en el recipiente frio. La sensación recorre todo mi cuerpo disminuyendo mi temperatura corporal en 0,3 C°. La sonrisa vuelve a mi rostro
6 horas después del apagón: Mi confianza comienza a deteriorarse y mi caja de artilugios luce vacía, comienzo a practicar la técnica de yogui Tummo para autoregularme.
7 horas después del apagón: Rompo en llanto y pienso “Me cago en buda, seguro que si le hubieran cortado la luz siete horas no hubiese estado debajo de esa mata tanto tiempo”
8 horas después del apagón: Colapso mentalmente y comienzo a escribir una nota de suicidio.
8 horas con 2 minutos: Dejo de escribir la nota al darme cuenta que no puedo leer lo que estoy escribiendo.
8 horas 30 minutos: Los gritos de mis vecinos se hacen más estruendosos, al fin el esposo acepta la solicitud de divorcio luego de 3 años que su mujer se la hiciese por primera vez. Busco a ciegas un viejo revolver que guardo en mi mesa de noche. Llorando, lo coloco en mi boca, cuando por arte de magia el bombillo de mi cuarto vuelve a encenderse.
Desnudo, con un revolver en la boca, oliendo a mentolado y evidentemente frustrado pienso en mi desgracia y me pregunto, ¿valdrá la pena seguir viviendo así o morir de una vez por todas?
El alboroto de la casa de mi vecino se interrumpió con el sonido de un disparo que sentenció a un hombre valiente que se negó a vivir con calor.

domingo, 1 de mayo de 2011

La fila de espera


El calor me abruma, los rayos calientes del sol penetran lentamente en mi cuello mientras los signos de humedad debajo de mis axilas delatan que mi cuerpo tiene cada vez más problemas para mantenerse en pie. Miro hacia adelante y veo aún una inmensa fila de personas aguardando, todos con caras largas y cuerpos descompuestos, resignados al lento andar de una interminable fila de penas. Un sujeto de apariencia misteriosa se acerca a mí y me susurra: ¿Queréis pasar rápido? Una epifanía golpea mi cabeza y allí mismo descubro cómo, por qué y para quién funciona una cola.

Para entender una cola de modo integral necesariamente se debe estar fuera de ella, pues una de sus más interesantes características es que los efectos de aguardar largos períodos de tiempo en ellas, van sedando a la víctima hasta colocarlo en el state of mind deseado por el victimario, caracterizado por la indefensión y la resignación a un sistema inmodificable, el sistema de la paga o la espera.

El primer elemento de una cola es la gente, toda fila está compuesta por personas; para ello el bien o servicio que se persigue debe representar una marcada necesidad o deseo que justifique por una parte una gran concurrencia y por otra que cada una de las víctimas esté dispuesta a someterse a largos tiempos de espera. Una cédula, una compra de alimentos, un crédito, una votación presidencial, una entrada a una discoteca, etc.

En los casos más simples, la demanda sobre este bien o servicio debe ser igual o mayor a la capacidad de oferta, sin embargo en las situaciones más perversas la demanda no es suficientemente alta como para justificar una prolongada espera y se diseñan detalladamente complejos procesos que generan altos niveles de ineficiencia: transcripciones manuales, retrabajos, horarios reducidos, errores voluntarios, etc.

Existen dos clases de negocios derivados de la espera, el principal y los conexos. El principal se basa en la vía de escape, el soborno, o como se le llama en las colas la “colaboración”, este es fundamental para el mantenimiento adecuado de la tramoya y a fin de cuentas es el objetivo último de su existencia. Una de las cosas que más me llama la atención es la metodología para la fijación de su precio. Si todos pudiesen pagarlo, sencillamente no habría fila y no sería necesario pagar un soborno, es por esto que debe ser lo suficientemente costoso como para que la mayoría de las personas no puedan costearlo y esto asegure que se mantendrá una cola de grandes dimensiones, sin embargo, el precio debe ser accesible para un pequeño grupo, de este grupo se alimentará el sistema (Gestores, empleados, vigilantes y demás personajes de la obra).

Aquellos que carecen de condiciones económicas para optar por la vía de escape alimentan los negocios conexos: vendedores de agua, cepillados, helados, refrescos, gorras y demás productos que suavicen la tortuosa agonía.

El state of mind de la cola ayuda a que quienes no pagan el soborno sustituyan su rabia hacia los gestores y coleados por un profundo sentimiento de frustración y vergüenza que deriva de no tener ellos los recursos necesarios para pagar una colaboración. Por otro lado quienes pagan el soborno no deben sentirse moralmente contrariados pues esto disminuiría drásticamente el número de clientes, el sentimiento de culpabilidad debe ser modificado por los gestores para instaurarse una suerte de vendetta entre el cliente y aquello que lo mantiene esclavizado a una injusta espera. Para ello los “servicios de gestoría” se presentan como un modo de vencer al “verdadero culpable” (el sistema, las políticas, el gobierno, etc.)

La víctima no debe descubrir el impacto de su accionar, debe pensar que una pequeña colaboración es muy distinta a un gran soborno, que su decisión no afecta al deterioro de las instituciones ni enlentece aún más la fila, que un país no se construye a partir de pequeños actos. Preguntas como “¿qué diferencia va a hacer que tú hagas la cola? ¿Por qué tú que tienes el dinero no le das tu puesto en la cola a alguien que no los tiene? Pretenden confundir a la acalorada víctima para desenfocarla de los aspectos negativos del soborno.

Creo que lo más interesante es que ni siquiera los gestores y sus cómplices conocen el alcance de los efectos de tan perverso sistema en un país. Quizá por el calor o por lo cotidiano de sus prácticas, pareciera que estos se han terminado creyendo la verdadera solución de la cola y que nosotros hubiésemos decidido que no existe otra opción.

sábado, 9 de abril de 2011

El verdadero acuerdo Santos-Chávez





Hugo Chávez visitó este sábado la ciudad colombiana de Cartagena, para reunirse con el presidente de este país, Juan Manuel Santos. Durante el encuentro se realizaron unos 16 acuerdos en áreas como: agricultura, economía, infraestructura entre otras. Pero quizá el acuerdo más importante de la reunión fue la fijación de un cronograma que regirá las convulsionadas relaciones entre ambas naciones. A diferencia de las veces anteriores este será de carácter público, permitiéndole a los ciudadanos preparase para los desacuerdos, conflictos y múltiples amenazas bilaterales con suficiente antelación.


Dentro del peculiar cronograma ambos presidentes han acordado sólo tres conflictos de gran magnitud para 2011, dos debido a alguna intromisión de los Estados Unidos y otro cuya naturaleza aún no han logrado precisar, sin embargo aseguran que en caso de no poderlo definir en los próximos 15 días continuarán utilizando el viejo pretexto de las amenazas imperialistas.


Otro de los aspectos a resaltar de la reunión es la fijación de un límite de expulsiones de embajadores para ambos países en lo que resta de año, tanto Chávez como Santos acordaron un tope de 6 en cualquier caso, asegurando con esto la sanidad de las relaciones diplomáticas a mediano plazo.


Quizá la más extraña conclusión fue un acuerdo por escrito donde cada uno de los presidentes declara su conformidad con 15 insultos, sobrenombres e improperios con los que acepta ser nombrado por su homólogo en cualquier alocución.


Los resultados de la reunión no se han hecho esperar, múltiples manifestaciones de aprobación por parte de los ciudadanos de los dos países respaldan este inusual proceso que busca sincerar las poco transparentes relaciones entre ambos mandatarios.






domingo, 2 de enero de 2011

CADIVI for Dummies


A partir del 2011 los viajeros venezolanos podrán contar con una nueva guía práctica para la obtención de cupos CADIVI, así lo anunció Manuel Sánchez, comerciante informal y distribuidor a nivel nacional del novedoso texto.

El instructivo "Para tontos" contará con más de 50 tips entre los que resaltan:

- Cómo armar tu carpeta.

- Cómo manejar los primeros 3 rechazos de tus carpetas.

- Cómo encontrar información útil en el website de CADIVI (Si, es posible)

Los creadores de CADIVI for dummies, resaltan que pese a la necesidad de esta iniciativa y a la rápida acogida por parte de los venezolanos el período de vigencia del manual será de un máximo de 48 horas, tiempo estimado en que CADIVI modifica nuevamente todas las normativas para realizar los trámites para la obtención de divisas, por lo que desde ya se maneja la posibilidad del lanzamiento de una versión digital del libro con actualizaciones a tiempo real, a fin de que los usuarios puedan luchar contra el aparato burocrático con mayor efectividad.