miércoles, 23 de enero de 2013

¿Dos dólares X 20?



Esa misma cara que usted puso al leer la nota es la que tienen los venezolanos al salir a las calles y toparse con los desconcertantes letreros verdes fosforescentes que pululan en las ventas de verduras y frutas de las principales ciudades.
Ante la creciente escasez de aguacate  en el país, se ha desarrollado un fenómeno sin precedentes en nuestra economía. Así como la prohibición del uso de la frase “dólar paralelo” impulsó la creación de portales en internet promocionando “lechugas verdes” y “aguacates”, la escasez de este fruto ha llevado a los buhoneros y extorsionadores en general, a acudir a un nuevo eufemismo, pero esta vez tiene como objetivo evitar confusiones engorrosas entre sus clientes. Según manifiestan los revendedores de moneda americana, las primeros desconciertos surgieron hace algunas semanas, cuando una oleada de enardecidos marabinos comenzaron a ofertar vía online por cuantiosas sumas de dólares, estas transacciones incluso dispararon el precio de la moneda en la región, para luego recibir la sorpresa de que más del 80% de los compradores realmente estaban en búsqueda de aguacates. A partir de esta nueva distorsión de la economía, los principales revendedores de dólares del país en conjunto con el sindicato nacional de buhoneros, decidieron por consenso comenzar a utilizar la frase “dólar paralelo” para referirse a los “aguacates paralelos”. Su justificación era simple, los consumidores que ya estaban habituados a llamar al “dólar” “aguacate”, descubrirían el vínculo simple entre ambos objetos preciados “cuando se nombra uno, todo el mundo sabe que hablamos del otro”, aseveró Carlos Castro, unos de los pocos vendedores ambulantes en Maracaibo que dispensa al público tanto dólares como aguacates, o como ellos le dirían, aguacates y dólares.
A pesar de que en la capital del país ya es habitual solicitar una arepa de reina pepiada sin dólar, el mercado en el interior parece no haberse adaptado aún al concepto, Carlos nos refiere  que en caso de que no tenga claro qué le solicita su potencial cliente, ha optado por preguntar “¿Lo quiere con o sin pepa?”. Interrogante ante la cual una respuesta afirmativa descartaría rápidamente una transacción cambiaria.
Desde hace pocas semanas, en el casco histórico de Maracaibo se ha instalado una comisión permanente para renombrar todos los artículos escasos. Según informaciones no oficiales la harina pan se comenzará a llamar margarina, la margarina se llamará papel sanitario, el papel sanitario se llamará aceite, el aceite se llamará azúcar y el azúcar se llamará eficiencia gubernamental.

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